«El Conocimiento de la Advaita Vedanta, la filosofía de los Vedas referente a la no dualidad, es el más elevado que los Upanishads, los textos filosóficos y misticos, han ofrecido a la Humanidad.

¡La gratitud que los yoguis receptores de este Conocimiento tenemos es tan grande como el océano mismo! El acercamiento a la Advaita Vedanta es la más apasionante aventura que aquellos que buscan el autoconocimiento podrán jamás realizar.

Ajñana timirandasya jñananjana shalakaya

Este verso en sánskrito explica que el Maestro aplica el colirio del Conocimiento para eliminar la ceguera de los discípulos naciada de la ignorancia. Sin el Maestro espiritual el Conocimiento de la Vedanta y del Yoga están vetados, ya que el ingrediente esencial para el aprendizaje es la transmisión basada en la experiencia propia de la autorrealización.

Yoga y Advaita Vedanta

La esencia del Yoga es el autocontrol. El Yoga es el método que el aspirante practica para desarrollar las cualidades para la comprensión y realización de la Advaita Vedanta. Todo yogui es un filósofo porque estudia la ontología, el estudio del conocimiento y propiedades del Ser.

Vedanta en práctica

La Advaita Vedanta, la no dualidad, se basa en la premisa:
«No soy el cuerpo, los sentidos o la mente»

Eso significa que todas las identificaciones habituales que realizamos con el fin de actuar en el mundo, se basan en una premisa ilusoria, que permite y fomenta la multiplicación de esa ilusión y, por tanto, del sufrimiento.

Todo sufrimiento está basado en la ilusión, en la no identificación con lo real.

La Vedanta en práctica es vivenciar a nivel práctico que somos algo más que el cuerpo, los sentidos, la mente y la identificación que generemos con los objetos de la acción. Esto tiene diferentes implicaciones siendo una de ellas, el relativizar la importancia del materialismo en la vida.

Swami Tilak recibió estas palabras claves de su Maestro, Baba Bajaranga Das, cuando le ordenó que saliera fuera de la India para enseñar el Dharma:

«Las personas están sufriendo. El fuego de la mente les devora. Ve y muéstrate a ti mismo».